abril 14, 2008

Ciencia, Comunicación y Desarrollo Económico

Ay ay... Apenas hoy, después de varios meses de creado, escribo por primera vez en este blog... Sabía que esto iba a pasar cuando lo hice.. Tantas ocupaciones, tantos escritos perdidos que por pura timidez no he compartido y tanta desidia en general llevaron a esto..
Me he propuesto firmemente a parar esta barbarie de inacción.. Asi que comienzo con un artículo que escribí hace tiempo sobre ciencia, la importancia de la ciencia para el desarrollo y lo fundamental de tener una teoría de la comunicación científica adecuada. Este texto acaba de salir publicado aquí el 10 de Abril de 2008.
Aquí va:

Ciencia, comunicación y desarrollo económico

En la Declaración Sobre Ciencia y el uso del Conocimiento Científico adoptada por La Conferencia Mundial sobre Ciencia de la UNESCO el primero de julio de 1999 se establece en su artículo 33 que:

“Hoy, más que nunca, la ciencia y sus aplicaciones son indispensables para el desarrollo. Todos los niveles de gobierno y el sector privado deben de proveer de un apoyo real para construir una capacidad tecnológica y científica adecuada y uniformemente distribuida a través de programas apropiados de investigación y educación como un fundamento indispensable para el desarrollo económico, social, cultural y ambiental. Esto es particularmente urgente para naciones en vías de desarrollo…”[1]

Es bien sabido que la ciencia y tecnología son componentes esenciales del desarrollo económico y social de una nación. Sin embargo, esta afirmación se puede ver en dos sentidos. El primero es en la forma de atacar los problemas que afectan a las naciones (en particular, al mundo subdesarrollado) mediante el conocimiento científico y nuevas tecnologías para el correcto suministro de energía, de alimentos, mejor aprovechamiento de la tierra, suministro de agua potable, etcétera. En cuanto al segundo sentido de la afirmación, yace en las bases del crecimiento económico en cuanto a que el conocimiento científico y tecnológico implica mejoras en la productividad y competitividad tanto de empresas como de países. Sin embargo, la brecha es cada vez más honda entre las naciones desarrolladas y las que están en camino dadas las diferentes capacidades que las caracterizan, de ahí que se utilice la palabra urgente en el artículo 33 de la Declaración mencionada.

Uno puede estar inclinado a pensar que, en esta era globalizada, este conocimiento y tecnologías necesarias se pueden adquirir como cualquier otro producto en el libre mercado, abriendo las economías, y así la tecnología va fluir hacia adentro de forma natural. Sin embargo, la cuestión no es tan simple pues, además de convertirse en una nación puramente receptora y no generadora, esta adquisición de recursos forzosamente tiene que venir acompañada de una gran capacidad de adaptación al entorno local, además de que no se resuelven los problemas meramente endógenos; y cuestiones esenciales como la erradicación de la pobreza se vuelven ajenos para los objetivos del desarrollo científico - tecnológico.

A partir de esto, surge naturalmente la pregunta de cómo hacer que en México exista la conciencia colectiva de hacer de la ciencia un motor indispensable para el desarrollo. Un claro ejemplo de que en la actualidad carecemos de ésta conciencia es el decremento del presupuesto federal anual destinado al rubro de la educación, y en particular a ciencia y tecnología dado, el cual no rebasa si quiera la vergonzosa cifra de 0.5% del PIB.

Un aspecto fundamental y primordial es la relación que existe entre el científico y la sociedad en general.

¿Qué tanto está informado el ciudadano común de la labor científica que se realiza en su país o, mejor, qué tan consciente es del beneficio que puede traer para él un mejor desarrollo científico y tecnológico? Esta cuestión está íntimamente ligada con la responsabilidad conjunta que tienen el científico por un lado y los medios de información masiva por el otro.

El científico tiene la obligación (moral) de dar a conocer su trabajo a las masas y los beneficios, aplicaciones y significado real que éste tiene, pues es así como emergen las nuevas generaciones de científicos; a partir de esta inquietud inicial provocada normalmente por la insatisfacción que se siente al no encontrar la respuesta a tal pregunta o, en el mismo sentido, el no encontrar la pregunta clave que nos lleve a obtener la respuesta correcta.

Por otro lado, los medios de comunicación tienen la no menos importante misión de dar a conocer toda esta información a las masas. Sin embargo, entre estas dos partes existe una desinformación tal que todavía no existe en el país una teoría de la comunicación de la ciencia para el público. Esta brecha es causada por el déficit de conocimiento recíproco entre los profesionales en el campo de la comunicación y las personas de ciencia.

Esto no hace más que producir efectos negativos pues evita que el diálogo democrático concerniente a aspectos científicos crezca y dificulta la toma de decisiones políticas a este respecto. Sin embargo, y ante todo, esto atenta contra el principio fundamental de que la ciencia no debe pertenecer a una persona específica sino que necesita ser verdaderamente accesible a todos para que el beneficio que se obtiene de este conocimiento no sea propiedad exclusiva de un individuo, sino exista para beneficio de toda la humanidad.

Esta ignorancia del quehacer científico se extiende principalmente a las altas esferas del poder donde prevalece la burocracia, intereses partidistas, religiosos y de diversa índole que no causan más que el detrimento de la labor científica nacional mediante la mala aplicación de políticas públicas principalmente hacia el sector educativo.

De toda esta problemática surge la necesidad y urgencia para mejorar la infraestructura en varios sectores cruciales, siendo un ingrediente esencial la educación en todos sus niveles. Es ahí, donde se tienen que concentrar esfuerzos para luchar contra la ignorancia y la desidia de tal manera que la gente le exija a los medios un mejor nivel de comunicación y de información para ir formando una visión más crítica de la realidad, y de forma tal que el científico y el futuro científico tenga bien clara la importancia de tener un vínculo estrecho con la sociedad; vínculo que se debe de enseñar y formar desde las aulas universitarias, y así, tener las bases para poder exigir a los gobernantes la preparación necesaria para desempeñar su trabajo de tal forma que se retome el camino que ya muchas naciones han tomado para que México se convierta en una potencia exportadora de conocimiento.


***TAN TAN***

2 comentarios:

Claudia Cabrera Espinosa dijo...

ya estás en mis enlaces, puse también el link de myspace de ruina montium, si puedes échale un ojo, es el grupo de guille
te mando muchos besos y no dejes de escribir, te quieeeeeero

Anónimo dijo...

Eso Carlito hijo!!!!! Siga asi, rompamos la cadena de la inactividad lanzando botellas al cibermar que a alguien le han de llegar!!! Felicidades por el blog! besos, Adriana